jueves, 14 de junio de 2012

Ética y política de Demócrito





La ética y la política de Demócrito llegan a nosotros sobre todo en forma de máximas. Él dice que "La igualdad está en todas partes nobles", pero no se comprende lo suficiente como para incluir a las mujeres o los esclavos en este sentimiento. La pobreza en una democracia es mejor que la prosperidad bajo los tiranos, por la misma razón uno es a preferir la libertad sobre la esclavitud. Aquellos en el poder debe "tomar sobre sí mismos a prestar dinero a los pobres y para ayudarles y para favorecer, entonces hay pena y el aislamiento que no, pero el compañerismo y la defensa mutua y la concordia entre los ciudadanos y otras cosas muchas buenas al catálogo." El dinero cuando se utiliza con el sentido conduce a la generosidad y la caridad, mientras que el dinero utilizado en la locura lleva a un gasto común para toda la sociedad, excesiva acumulación de dinero para los hijos es la avaricia. Al tiempo que el dinero no sirve para nada, dice, hacerlo como resultado de malas prácticas es el "peor de todas las cosas." Él está en la ambivalencia hacia toda la riqueza, y valora mucho menos que la auto-suficiencia. No le gustaba la violencia, pero no era un pacifista. Instó a las ciudades a que se prepare para la guerra, y se cree que una sociedad tiene el derecho de ejecutar a un criminal o un enemigo, siempre y cuando esto no viola alguna ley, tratado o juramento, 

La bondad, a su juicio, vino más de la práctica y la disciplina que de la naturaleza humana innata. Se cree que uno debe alejarse de los malos, que indica que dicha asociación aumenta la disposición al vicio. La ira, aunque difícil de controlar, debe ser dominado para que un ser racional. Aquellos que disfrutan de los desastres de sus vecinos no entienden que sus fortunas están vinculadas a la sociedad en que viven, y se privan de cualquier alegría de los suyos. Abogó por una vida de contentamiento con lo poco de pena posible, que según dijo no se puede lograr ya sea mediante la ociosidad o la preocupación por los placeres mundanos. La satisfacción se ganaría, dijo, a través de la moderación y una vida medida, para ser el contenido de uno debe establecer su criterio sobre la posible y estar satisfecho con lo que uno ha de entrega de pensar un poco a la envidia o admiración. Demócrito aprobó la extravagancia en ocasiones, como él sostuvo que las fiestas y celebraciones eran necesarias para la alegría y la relajación. Él considera que la educación es la más noble de actividades, pero advirtió que el aprendizaje sin sentido conduce a error. 

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